En 1978, el actor Jack Nicholson, muy preocupado por su huella ecológica, modificó su Chevrolet Impala instalando bombonas de hidrógeno bajo el capó para no contaminar. Más de treinta años después, algo se ha avanzado, pero no lo que sería deseable. Desde hace unos años, tanto los fabricantes de automóviles como los suministradores de energía se están dando cuenta de que avanzar en las investigaciones referentes a energías limpias les dará ventaja competitiva en un futuro a medio plazo. Es el coche eléctrico el que más puntos obtiene de momento, pero la tecnología del hidrógeno va a la zaga. El problema es que la tecnología aún está en fase casi experimental y comprarse un coche de hidrógeno cuesta, casi, como comprarse un piso. Y además lo presentó en sociedad, con gran repercusión en prensa y televisión, pletórico y orgulloso. Como muestra de ello al final tenéis el vídeo de la cadena de televisión CBC (Canadian Broadcasting Corporation, la televisión pública de Canadá) del reportaje que hizo en su día.
Llevar un coche de esas características es como conducir un coche eléctrico, sobre todo por la respuesta en aceleraciones y por la forma de repostar, muy similar en uno y en otro caso. El problema, como de momento ocurre con el coche eléctrico, son las infraestructuras, ya que nadie se decide a dar pasos en firme para convertir a estas tecnologías en algo habitual. Otro inconveniente es la tecnología, aún demasiadoincipiente como para ofrecer precios competitivos a los consumidores.
En el maletero iban colocadas las cuatro bombonas que acumulaban el hidrógeno comprimido, que llegaba al motor y se quemaba en lugar de la gasolina, siendo el “humo” que salía del tubo de escape simplemente vapor de agua. Se podía considerar su “Chevy” Impala un vehículo de casi casi casi cero emisiones, ¡en 1978!
30 años pasaron, cuantos mas faltarán?? Desde Domodos, estamos trabajando duramente para reducir estos años de incertidumbre. Pero no cesaremos en nuestro empeño, dentro de poco estrenaremos pagina Web!!
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